¿Qué hace que una interfaz se sienta como “bien diseñada” al interactuar con ella? ¿Qué nos hace percibir que todo “está bien” en un diseño bien hecho?
Cuando pensamos en diseñar, enseguida vienen a nuestra cabeza los elementos tangibles que podemos utilizar y escoger: tipografías, colores, imágenes, animaciones… Sin embargo, en muchas ocasiones, la clave de una pieza gráfica que realmente sea funcional pasa por utilizar justo lo que nos esforzamos en tapar: el espacio en blanco.
Esta ponencia es una introducción a cómo se diseñan piezas visuales centrándonos en el espacio en lugar de en los elementos que ponemos sobre él.
Intentaré resolver cuestiones como a qué llamamos espacio en blanco, qué tipos de espacios encontramos en la composición y sus elementos, qué importancia tiene nuestra percepción visual para tomar estas decisiones o por dónde empezar a utilizar esa parte tan abstracta del diseño.
