En 2009 empezamos con esta aventura y ahora nos da vértigo mirar atrás y ver todo lo que hemos avanzado. Ha sido un camino difícil, lleno de retos ante los que siempre hemos tenido la misma respuesta: trabajar doble. Es como lo de ir rompiendo el viento en el pelotón y solo los de tu equipo te dan relevo.
Eso nos ha hecho fuertes y de ser un micro tostador de cafés de especialidad con un coffee shop en Castelldefels (Baix Llobregat, Barcelona), hemos pasado a ser una marca, una identidad, una filosofía y un gran equipo de 14 incansables.
Tenemos pasión por el buen café y su origen, pasión por lo «bien hecho», pasión por la bici, pasión por la gente… Pero como no solo de pasión se vive, también tenemos otros muchos valores y nos vamos educando poco a poco en otras cualidades importantes para mantener vivo todo este tinglado que hemos montado, Café de Finca.
Esto es solo el principio.